Buscar en este blog

miércoles, 8 de mayo de 2013

RESULTADOS DE UNA INVESTIGACIÓN SOBRE ESTRÉS Y DEPRESIÓN


Aunque se sabe que el estrés crónico puede llegar a producir depresión, los mecanismos que regulan esta relación no están del todo claros. Ahora, una nueva investigación que se publica en la revista PNAS ha identificado una proteína que tiene mucho que decir en este proceso. 


Cuando nos encontramos en situaciones de estrés, nuestro organismo produce mayores cantidades de cortisol, una hormona que, si bien a pequeñas dosis tiene efectos positivos, puede actuar de forma negativa sobre nuestro cerebro cuando el estrés se hace crónico. Una de las consecuencias es la activación de los receptores de los glucocorticoides, que provocan a su vez la disminución en la producción de neuronas en el hipocampo, un efecto que se ha observado en pacientes afectados de depresión. La nueva investigación, realizada por científicos del King College de Londres con modelos celulares y animales, ha revelado el papel de la proteína SGK1 como mediadora en estos procesos. Para ello, esta molécula mantiene activos los receptores de los glucocorticoides y, además, disminuye la formación de nuevas células en una región del hipocampo que se relaciona con la regulación del estado de ánimo.


Por otro lado, los resultados revelan que, al bloquear la proteína SGK1, los efectos del estrés sobre la producción de neuronas disminuyen, por lo que se abre una nueva vía para desarrollar tratamientos antidepresivos. “Puesto que la reducción en la neurogénesis es una parte del proceso que conduce a la depresión, es importante identificar las rutas moleculares mediadoras en estos mecanismos”, ha explicado Christoph Anacker, uno de los autores. “Los fármacos diseñados para reducir los niveles de SGK1 en pacientes deprimidos podrían ser, por tanto, una prometedora estrategia para los futuros tratamientos antidepresivos”, ha concluido

Fuente: Muy Interesante
http://www.barnapsico.com/
https://www.facebook.com/barnapsico



¿Cómo hablar de sexo con mis hijos?



Sin duda esta es una pregunta muy frecuente que despierta en muchas ocasiones incertidumbre, por desconocer donde está el límite de lo que se debe explicar y cierta angustia que despierta pensar que uso puede hacer el niño/a de ello.

En general puedo decir que es más sencillo de lo que nos pensamos, pues los niños/as, sobre todo a tempranas edades con una simple información tienen más que suficiente.

Todos los que somos padres sabemos que de repente nos sorprenden con una pregunta de esas que te quedas con la boca abierta, por lo complejo de la respuesta o bien porque es difícil de explicar por la edad que tienen, ¿a quien no le ha pasado?

Es normal, los niños se hacen preguntas, y lógicamente a quien se las van a preguntar?, pues justamente a aquellos a quienes consideran de confianza y que les trasmiten la seguridad que necesitan.

Por lo tanto cuanto más seguros nos mostremos, más naturalidad, y mayor seguridad proyectaremos, para seguir consultándonos cosas en el futuro. Allí estaremos reforzando un buen vínculo con nuestro hijo/a.

Hay padres que pueden pensar que no están preparados para explicar según qué cosas, pero en realidad los padres disponemos de más información de partida que nuestros hijos, y normalmente es lo que solemos hacer normalmente con temas menos “comprometidos”.

Aquí van algunas pautas generales:
• No inventar o mentir, o evadirse de la pregunta y no contestar más de lo que tu hijo pregunte.
• Lo ideal es hablarle en la medida de su curiosidad, sus conocimientos previos sobre el tema y según la edad que tenga. Para averiguar qué grado de información tiene y cuál es el que necesita, empieza por hacerle tú las preguntas. En función de sus respuestas, te darás cuenta de lo que sabe y de lo debes contarle para satisfacer su curiosidad.

Seguiremos con mas información en próximos post (esperamos os sirva)